domingo, 28 de noviembre de 2010

Un día estaba en Brasil tomando un daikiri de frutilla en la playa, estaba muy tranquila mirando el mar cuando pasa un morocho de ojos verdes, alto y musculoso; me guiña el ojo y se acerca a mi. Me preguntó si se podía sentar en mi mesa, obviamente le dije que sí. Charlamos y me pasó su cel, yo le pasé el mío y quedamos en salir al otro día.
Así nos fuimos conociendo más y más y al año nos pusimos de novios, ibamos 2 años de una perfecta relación llena de cariño, amor y fidelidad cuando
SONÓ EL DESPERTADOR Y ME DESPERTÓ DE MI HERMOSO SUEÑO.

No hay comentarios:

Publicar un comentario